Era tuya, maestro
Hace por lo menos diez años, saliendo de la Facultad, el Lagarto W, al comando de su fiat 600 amarillo patito, sabía alcanzar, como se dice, a una chica de nombre Mia Maestro hasta la puerta de su casa (la de Mía, no de la de él, ni la mía). Era una chica muy bonita e inteligente, Mía. El Lagarto estaba tan prendado de sus encantos que necesitaba hablar mal de ella. Menospreciarla. "Además", decía, "se la cree". Era cierto: ahora la filman en Hollywood. Ayer vi su cara en Clarín y me acordé. Lagarto: contanos algo más. En una de esas, en el futuro, le sonsacás unos dólares a la producción de E! True Hollywood Story.
Quique Gigena
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